HATO MAYOR.- La gente está percibiendo que después que la firma encuestadora Gallup le diera más del 50% de simpatía en el electorado a Danilo Medina, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el rostro de Hipólito Mejía ha cambiado radicalmente de alegre a pesaroso.
Ya a Papá no se le ve reír y cuando se le ven los dientes, los ojos y el semblante están como de perros con hambre.
Consulté a un psicólogo amigo y me dijo que ahora Papá estaría sufriendo del Síndrome de Estocolmo, que es una enfermedad donde a la gente se le olvida lo que dice y procura que otros le crean.
Explicó que esa enfermedad afecta a las personas que además sufren de amnesia, que son olvidadizas.
Quisiera volver a verlo reír. El me hacía reír a carcajada cuando decía una de sus obscenidades y aplicaba el verbo destemplado para ofender.
Para muchos él se ha ganado eso, por su bravuconada y de querer presentarse como serio y honesto.
Parece que el pueblo le sacó los “buguis”, lo ha ido dejando solo por destemplado.
Hasta Miguel Vargas, el presidente del PRD, diputados y regidores de esa fuerza política lo han abandonado.
Veo que la fuerza se le ha agotado y que por eso ya no ríe como antes.
Qué pena, porque él me hacía reír muchos, lograba que yo pelara los dientes.
Pero al país no le conviene tener un presidente cómico, un hazmerreir.
Fue saludable que el pueblo le retirara el apoyo que una vez adquirió hablándole mentiras a la gente.
Qué pena que ya no ríe Papá…
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