El presidente de EE.UU., Barack Obama, llegó ayer a Panamá para participar en la que será su tercera Cumbre de las Américas, marcada por el esperado primer cara a cara que mantendrá con el mandatario cubano, Raúl Castro, y por las tensiones con Venezuela.
Procedente de Kingston (Jamaica), Obama aterrizó en torno a las 18.45 hora local (23.45 GMT) de ayer en el aeropuerto internacional Tocumen de Panamá.
Anoche Obama se reunió puerta cerrada con miembros de la embajada estadounidense en Panamá y hoy comenzará su agenda oficial con una reunión bilateral con el presidente de este país y anfitrión de la Cumbre, Juan Carlos Varela.
Más allá de la agenda "muy pragmática" con la que Obama acude a Panamá, en palabras de su principal asesor para Latinoamérica, Ricardo Zúñiga, todas las miradas van a estar puestas en su esperada primera "interacción" con Castro, que se producirá previsiblemente durante las sesiones plenarias de la Cumbre.
Tras la reunión con Varela, Obama hablará hoy en el encuentro de empresarios organizado por el Ejecutivo panameño y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde coincidirá con los mandatarios Enrique Peña Nieto (México), Juan Carlos Varela (Panamá) y Dilma Rousseff (Brasil), entre otros.
A continuación, participará en el Foro de la Sociedad Civil, que promete reunir a disidentes cubanos y opositores venezolanos, entre otros, junto con los mandatarios de Uruguay, Tabaré Vázquez, y Costa Rica, Luis Guillermo Solís.
Ayer en Jamaica, durante un foro con jóvenes abierto a preguntas, Obama insistió en sus preocupaciones sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, pero no aludió específicamente a los incidentes ocurridos entre funcionarios y grupos opositores cubanos este miércoles en Panamá, en vísperas de la Cumbre.
El rechazo de la delegación oficialista cubana a la presencia de disidentes en el Foro de la Sociedad Civil previa a la Cumbre de las Américas generó ayer nuevos problemas en ese evento, donde dos mesas de trabajo se dividieron en diferentes grupos para evitar problemas mayores.
En cuanto a Venezuela, la orden ejecutiva con la que Obama autorizó en marzo sanciones contra funcionarios del Gobierno de Nicolás Maduro y declaró a ese país una "amenaza" para la seguridad de EE.UU. ha empeorado las ya conflictivas relaciones bilaterales.
En una entrevista exclusiva con Efe realizada antes de la Cumbre, Obama consideró que ni EE.UU. ni el continente deben "mantener silencio" ante la situación en Venezuela, que se enfrenta actualmente a "retos enormes" y con cuyo Gobierno su país sigue abierto al "diálogo directo".
"No creemos que Venezuela sea una amenaza para Estados Unidos y Estados Unidos no es una amenaza para el Gobierno de Venezuela", aclaró Obama.
Ambos Gobiernos dieron el miércoles un paso que puede ayudar a rebajar las tensiones en vísperas de la Cumbre con la reunión en Caracas entre el alto consejero del Departamento de Estado Thomas Shannon y la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, que supuso el encuentro bilateral de más alto nivel en años.
Maduro confirmó ayer que él también se reunió con Shannon en Caracas y dijo que su país "está listo" para comenzar una "nueva era" de relaciones con el Gobierno de Estados Unidos que, según sostuvo, tendrán que estar basadas en "el respeto" y el "no intervencionismo".
Por: Jochy Hernández
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