La Iglesia Católica llamó ayer al Tribunal Constitucional a no “mancharse las manos de sangre” y rechazar un artículo incluido en el Código Penal Dominicano, que según considera, legalizaría la práctica del aborto.
El planteamiento fue hecho durante una caminata realizada ayer en la que miles de católicos participaron de una jornada denominada “un paso por mi familia.
Respetando la vida”. La caminata se inició en el Centro de los Héroes, frente a la sede de la Suprema Corte de Justicia y terminó con una eucaristía en el parque Mirador Sur, encabezada por monseñor Amancio Escapa, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo.
En un documento leído por Escapa, la iglesia proclama que la vida es sagrada y defenderla es un imperativo categórico del Estado.
“Es al Tribunal Constitucional al que corresponde, en una estancia privilegiada, como garante de la Constitución y protector de los derechos fundamentales decir en este caso la última palabra en ese proyecto que tiene entre sus manos”, leyó el sacerdote entre los vítores de los católicos que desde la mañana se concentraron en la plaza sobre la avenida José Núñez de Cáceres.
Esperamos sean conscientes de su decisión y no salgan con las manos manchadas de sangre por no respetar la vida y permitir atentar contra ella, agregó.
Se refiere la iglesia a la acción de inconstitucionalidad depositada en el TC por la Fundación Matrimonio Feliz en enero del 2015 en contra de la ley 550-14 que instituye el Código Penal Dominicano referida en la expresión “salvo lo dispuesto en el artículo 110”, del artículo 107, así como el artículo 110 y su párrafo, alegando que contraviene la supremacía de la Constitución Dominicana, Dice que viola el artículo 37 de la Constitución de la República que dice “el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte natural”.
Sin embargo, la iglesia advierte que el TC no será la última palabra, porque en caso de fallo contrario, “seguiremos defendiendo la vida que Dios creó”. En esto consiguió el respaldo del Conse jo Dominicano de la Iglesia Evangélica (CODUE), cuyo director, Fidel Lorenzo, estuvo presente en el acto.
La ceremonia
Guiados por agentes de la Policía Nacional y la Autoridad Metropolitana del Transporte y de los distintos equipos logísticos que se formaron la marcha partió por la avenida Jiménez Moya, hasta llegar al parque y subir por la avenida de la salud.
Guiados por agentes de la Policía Nacional y la Autoridad Metropolitana del Transporte y de los distintos equipos logísticos que se formaron la marcha partió por la avenida Jiménez Moya, hasta llegar al parque y subir por la avenida de la salud.
En la misma iban dirigentes políticos Víctor (Ito) Bisonó, y Pelegrín y Vinicio Castillo.
Según se explicó, los caminantes dieron 340 millones de pasos por el rescate de los valores familiares y la vida.
Llevaban consignas como “la vida es sagrada y resaltó que defenderla es un imperativo categórico del Estado”.
Cinco personas fueron llamadas a la tarima para, junto a sus familias, hacer un compromiso de defensa a la familia, desde su quehacer diario.
El primero de ello fue el diputado Ito Bisonó, junto a su esposa, Isabel León, y sus tres hijos: luego siguieron la profesora Altagracia López, el electricista, Luis Hernández; el secretario ejecutivo de la pastoral, Jovanny Kranwiankel y el médico César López.
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