¿Cómo es que vinimos a dar aquí?,
¿Qué fue lo que hicimos mal – en qué fallamos?, porque evidentemente algo no
nos ha salido bien y lo peor es que cuando el mal se generaliza entonces ya es
común y por consiguiente pasa a ser un bien, lo normal, aquello que no causa
asombro o descontento porque es considerado normal, es como el canibalismo en
una sociedad de caníbales, en un lugar donde siempre se ha practicado el
canibalismo nadie se sorprendería de que un grupo de personas se hayan comido a
un hombre o mujer, eso es normal, o como en los lugares donde la poligamia es
legal y permitida – nadie ha de sorprenderse de que un hombre tenga múltiples
esposas, es normal, y lo normal pues no incomoda ni sorprende a nadie.
Partiendo del interesante prefacio que acabamos de leer y pasando subsecuentemente al tema que nos ocupa en este artículo de hoy, la verdad es que por años nos han tratado de meter entre ceja y ceja, como decía mi abuela, el hecho de que una pila de jóvenes in-experimentados en combinación con un grupillo de viejos fuera de tiempo que intentar lucir como adolescentes y juveniles, durante los fines de semanas, fechas festivas y temporadas alegres para la ciudad de El Seibo, construyan piramidalmente una especie de circos en medio de la vía y al aire libre, los cuales atraen a muchos admiradores, igualmente descabellados, aglutinándose en medio de las calles, y como es lógico, impidiendo el paso vehicular como a transeúntes que aparentemente han perdido el derecho a transitar libremente por la avenida principal de esta ciudad, lo más triste de todo esto, es que dicha práctica al pasar de los años se empieza a ver como normal.
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No quiero lucir como un anticuado
o quita gusto al escribir artículos de esta naturaleza, para nada, anhelo que
todos los empresarios que se dedican a proveer servicios ligados al ambiente
festivo o de cualquier otro orden legal, progresen y adquieran el beneficio
justo como fruto de sus labores, de hecho, algunos de ellos son mis clientes en
el renglón de la publicidad y no pretendo
colocarme versus ellos; sin embargo, es oportuno recordarles que todas
las empresas dominicanas están obligadas a cumplir un acápite legal que se
denomina “compromiso social”; tristemente para nuestra ciudad seibana, el
referido acápite se nos ha olvidado o nos importa un carajo pues evidentemente
estas empresas están desguañingando la sociedad que se nos viene,
ejemplificando a nuestros niños, adolescentes y jóvenes que sí se puede manejar
a las personas a convertirse en payasos e improvisar circos desordenados en
medio de la calle, sin percatarse de la ilación de males que esto genera.
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¿Cuál es la institución del
estado dominicano que debe regular esta cosa, que funcionario es el que debe
dar la cara y ordenar se delimite el espacio físico para las celebraciones que
también son un derecho ciudadano tan inalienable como el derecho a que las vías
y calles se encuentren permanentemente hábiles para transportarse por ellas en
El Seibo?, la respuesta es única y simple: El Ayuntamiento Municipal de esta
ciudad, y subsecuentemente El Alcalde
Municipal de El Seibo.
Lic. Reynaldo Valera, Alcalde Municipal El Seibo |
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Todos tenemos el derecho a
bailar, beber, gozar y disfrutar, al mismo tiempo en que todos tenemos derecho
a transitar libremente por la Avenida Manuela Diez Jiménez de El Seibo, solo
hay que poner cada cosa en su lugar y darle el uso correcto para lo que fue
creado.
Por: Jochy Hernández.
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