Sólo me enamoré una vez y la sigo amando como el primer día

Sólo me enamoré una vez y la sigo amando como el primer día.

Por: Jochy Hernández

Me es mejor, le dije, mejor que el sexo me es la escritura, ni el más voraz apetito de intimidad me sobrepone de escribir, aplicar la correcta conjugación verbal en cada proza, descuertizar un concepto lingüístico o, exhibir las conjunciones perfectas y los morfemas adecuados al construir un texto me es más dulce que la miel que destilen los pechos más horizontales que doncella alguna posee, e inclusive, me eres más perfectamente circular que el esfinter de la mujer amada.

Ella me deleita en la más escondida cavidad de sus reglas, allí, allí donde se aparean el verbo y el sustantivo y de cuyos nace la oración, destila el semen de la lengua materna que al embarullarse con el viril texto contextualizan juntos el sentido de la vida lingüística.

Oh que si la amo!, más que a la aurora caribeña anunciante de la salida del rey, como al alba inquietante que me entrepone al día y la luz del sol.

Como quisiera poder vivirte, aprovecharte, penetrar tus intimidades complejas y significaciones vírgenes a mi vocabulario, oh si te vinieras conmigo!, andad, venid, saciad mi lujuria exorbitante por ti, oh si pudiera enloquecerte de ganas por cohabitar en mi Broca!, te juro que viviría para que nadie te avergüence, amada mía, amiga mía, confidente mía, eres la más apreciada de mi harén, a ti, a ti te amo como a ninguna, te amo desde tu Jeroglífica adolescencia, te amo desde la  ingenuidad de mi boca al saborear tus labios imponentes, me enamoraste en el Proto-Elamita y hasta hoy navego a tu costado como rémora en el atlántico.

Acaso hay sabio que no te honre o analfabeta que aluda buscar quien le descifre tu tenencia!, eres la herramienta perfecta de la sabiduría, la eyaculación más usada por la inteligencia y el embrión indefectible de la divinidad y la ciencia, eres única e inigualable, mientras más te conozco te desconozco a la vez, me atraes a tu regazo de sapiencia y mis sesos solo encuentran satisfacción y brío entre tus pestañas y bajo tu atuendo, óptima eres, sin dudas eres mi amada, oh escritura!.

Por: Jochy Hernández